CLICK HERE FOR BLOGGER TEMPLATES AND MYSPACE LAYOUTS »

viernes, 31 de octubre de 2008

Halloween.





Noche cerrada. María miraba constantemente su reloj. Eran ya las once de la noche y había quedado con sus amigos a menos cuarto. Estaba empezando a ponerse nerviosa. Entre todos habían hecho planes. Era la noche de Halloween, comenzaba el día de todos los santos. Habían acordado encontrarse en el banco de enfrente de su casa a las once menos cuarto. Y nadie había llegado. De pronto sonó la música de su móvil, alguien la estaba llamando.

-¿Sí?- contestó uno de sus amigos por la otra línea- Seréis capullos, habíamos quedado enfrente de mi casa. ¿Cómo es que ya estáis ahí?- colgó, enfadada con ellos y se dirigió al parque donde habían quedado.

Dicho parque, por la noche, era muy oscuro, las farolas no iluminaban casi, por lo que poco se veía. María había olvidado sus gafas en casa, así que no veía casi nada. De pronto, una mano tocó su hombro y gritó asustada. Era Alberto, uno de sus amigos. María le dio un golpe en el hombro, y otro, y otro, hasta que por fin se desahogó por el susto recibido.

-¿Eres tonto? Me has dado un susto de muerte, idiota. ¿Dónde están los demás?

-Justo detrás de esos bancos de allí- señaló hacia un punto alejado del parque- Ya lo han preparado todo.

Llegaron a donde estaban sus amigos, todos tumbados, como si estuvieran muertos. María se asustó y se olvidó de Alberto. Ella era la más asustadiza del grupo. Alberto la cogió por detrás y le pegó un grito. María cayó al suelo del susto y casi se le saltan las lágrimas de los ojos. Sus amigos despertaron casualmente y se comenzaron a reír. No le hacía gracia, pero se calló y observó a sus compañeros. Alguno que otro estaba un poco pálido. Una de sus mejores amigas, nada más sentarse, le cogió la mano. Ella odiaba esas cosas de miedo, sólo había ido porque su novio había insistido. Se sentaron alrededor de la hoguera, empezaron a contar historias de miedo, leyendas, casos reales paranormales… De repente, María sintió cómo una corriente de aire le atravesaba el pecho. Un instante después, algo se removió en su interior y se sintió distinta, más fuerte, más valiente, más…poderosa. Miró hacia su amiga, asustada por el respingo que María había dado. Le apretó la mano para tranquilizarla. Todo estaba bien. Miró el reloj y vio que eran las doce. Sintió un hormigueo en las manos pero no le prestó atención. Vio que su amigo Alberto se estaba riendo de las historias de sus amigos, y deseó que él pasara miedo, como los demás, que llevara un buen susto para que se le borrara la sonrisa. Y sucedió. De repente Alberto se levantó de un salto y dijo: “No tiene gracia”. Todo el mundo quedó sorprendido y le miraron con caras atontadas. Alberto se volvió a sentar, y María, intrigada por lo que había sucedido, pensó en que bien podrían sus ojos ahora mismo ponerse negros del todo, para que Alberto los mirase y se asustase aún más. Y sucedió. Alberto se levantó y dijo: “Basta ya, María”. Se quedó helada, había sucedido. ¿Qué pasaba? De repente lo comprendió. Tenía poderes. ¿Podría llamarse bruja? No lo sabía y no le importaba, en vez de asustarse, como habría hecho la antigua María, se levantó del suelo y comenzó a desear cosas. Cada uno de sus amigos gritó horrorizado. Quería asustarlos, quería que pasaran el mismo miedo de ella. Cuando bajó la vista, les vio tirados en el suelo, tumbados, con la consternación aún grabada en su rostro. Les tocó y vio que no se movían. Esto no era una broma. Esto era real. ¿Qué había hecho?

3 comentarios:

F. dijo...

Joer Dori asustas y tooo.
Besos

Andrea González dijo...

Es Halloweennn :P
Hay que dar miedo jiji
La María da cague y todo eh :S

Anónimo dijo...

joe s t estan pegando las cosas d fatima jajaja. soy rocio, m a gustado muxo pega para ese dia